¿Perro o gato? Descubre las claves para dosificar y aprovechar el CBD según la especie – Parte V: Diferencias Cruciales entre Caninos y Felinos

Hemos hablado de “mascotas” en general, pero conviene aclarar que perros y gatos no siempre responden igual a las sustancias. ¿Qué sabemos sobre diferencias especie-específicas con el CBD?

Diferencias entre perros y gatos al usar CBD

Gráfico 1 mostrado arriba: «Uso de CBD en mascotas (encuesta EE.UU.)»

Metabolismo y absorción: Los perros parecen absorber y metabolizar el CBD de manera algo diferente a los gatos. En un estudio farmacocinético comparativo, perros y gatos sanos recibieron la misma dosis de CBD oral (2 mg/kg cada 12 h por 12 semanas) y se midieron los niveles sanguíneos . Se observó que los perros alcanzaron concentraciones máximas (Cmax) mucho mayores de CBD en plasma que los gatos (en promedio ~301 ng/ml en perros vs solo 43 ng/ml en gatos), y también un área bajo la curva sustancialmente mayor .

Esto sugiere que la biodisponibilidad oral del CBD es menor en gatos que en perros, posiblemente por diferencias en la absorción intestinal o el metabolismo hepático de primer paso. Paradójicamente, la vida media de eliminación fue ligeramente más larga en gatos (≈1.5 h) que en perros (≈1 h), pero en general los gatos procesaron menos CBD del que ingirieron.

¿Qué implica esto? Que tal vez los gatos requieren formulaciones distintas (por ejemplo, aceites vehiculares o liposomas específicos) o dosis algo mayores para lograr los mismos efectos que en perros, aunque esto debe calibrarse con precaución dado que los gatos también son más sensibles a algunos compuestos. En la práctica, al dosificar CBD a gatos, algunos veterinarios empiezan con dosis bajas e incrementan lentamente, observando la respuesta.

Aceptabilidad y efectos secundarios en gatos: Cualquier dueño de gato sabe que nuestros amigos felinos pueden ser especialmente quisquillosos con lo que ingieren. En el estudio mencionado, administraban el CBD a gatos en cápsulas de aceite de pescado, y muchos gatos mostraron conductas de aversión al sabor: se reportaron episodios de salivación excesiva, lameteo, sacudidas de cabeza y vómitos esporádicos después de darles la cápsula.

De hecho, los gatos presentaron más de 1000 “eventos adversos” leves relacionados mayormente con la administración (lamer, babear, etc.), mientras que los perros solo unos 50 eventos como heces blandas o vómitos leves . Esto indica que dar CBD a un gato puede ser más desafiante; formas saborizadas o tópicas podrían mejorar la aceptación.

En cuanto a seguridad, los efectos secundarios fisiológicos observados en gatos y perros fueron leves y transitorios. Un estudio de dosis crecientes encontró que gatos sanos pudieron tolerar hasta 30 mg/kg de CBD (dosis muy alta) sin eventos graves, presentando solo efectos ligeros como somnolencia, leve hipotermia o ataxia cuando se combinaba con THC . En dosis “normales” (2–4 mg/kg), la mayoría de gatos no mostró cambios clínicos relevantes ni alteraciones significativas en analíticas, aparte de algún aumento aislado en enzimas hepáticas ALT en ciertos individuos .

Eficacia relativa:

Debido a la escasez de ensayos en gatos, es difícil comparar la efectividad del CBD entre especies. Sin embargo, dado que los gatos tienden a absorber menos CBD oral, algunos especialistas suponen que podrían requerir dosis más altas proporcionalmente para condiciones como dolor o epilepsia, o bien podrían responder un poco menos. Esto sigue siendo especulativo.

Lo que sí se sabe es que los gatos tienen menos receptores CB1 en el cerebro que los perros (los perros tienen una densidad inusualmente alta en cerebelo, lo que explica por qué son muy sensibles al THC) . Aun así, los receptores cannabinoides están presentes en gatos y cumplen funciones similares, por lo que el CBD debe actuar en ellos también. Un aspecto práctico: siempre elegir productos de CBD sin THC para gatos, pues ellos son aún más sensibles a la toxicidad del THC.

En resumen,

 las diferencias principales son de farmacocinética y tolerabilidad. Los perros suelen absorber mejor el CBD y en estudios han mostrado mejoras claras en dolor, ansiedad, etc. En gatos, aunque hay menos datos, se ha visto que toleran el CBD, pero pueden requerir presentaciones más palatables y quizás dosis ajustadas. Siempre consulte al veterinario antes de dar CBD a un gato, ya que extrapolar dosis de perro a gato no es directo. Con la guía profesional, el CBD podría ser beneficioso para gatos con ansiedad, dolor o inflamación, pero es un campo emergente y cada gatito puede reaccionar distinto.